Del escritorio: del General de División Francisco Bermúdez Amado
CAMINO A LA PROSPERIDAD NACIONAL
Situación de la República:
Los guatemaltecos nos encontramos en una encrucijada electoral, la temporada proselitista se aproxima y por su innata relación legal, será muy corta y candente. ¡El sistema electoral no ha cambiado! seguirán las mismas reglas y los mismos engañosos métodos de los partidos. De hecho se ha desatado una purga al interior de los partidos entre ellos, para desacreditar o interrumpir los procesos de asambleas municipales, departamentales y nacional, con el fin de evitar la participación de algunos oponentes de cuidado.
El tribula electoral (no supremo) está envuelto en una diatribas de interpretación legal, entre lo que es unas jornada de proselitismo y una de reclutamiento o formación política. Esta semántica política pone en serio cuestionamiento su idoneidad y su actuar imparcial, ya han adelantado nombres descalificando personas por supuesta campaña proselitista anticipada y tienen en la mira algunos partidos, actitudes que ponen en reprobación el espíritu democrático y la opción de elegir y ser electo (leyes malas). En una primera aproximación el TSE está cuestionado en cuanto a su imparcialidad, al no ser ecuánimes con las investigaciones sobre los partidos políticos en forma general, dejando fueras de discusión instituciones políticas con graves señalamientos.
Nuestra nación requiere un liderazgo firme, democrático y liberal. El pueblo ciudadano guatemalteco ya está cansado de mentiras, falsedades y engaños.  Nos corresponde asumir una “responsabilidad histórica” no queremos seguir escuchando ofrecimientos, pretensiones o aún peor, discursos que han terminado con nuestra esperanza de “orden, libertad y justicia” necesitamos verdaderos  líderes que conozcan el Estado y que conozcan el mundo cambiante en el que vivimos, para que nos provean de un “camino” de prosperidad y libertad.
Nos han engañado por más de tres décadas con promesas, esperanzas y regalos, es el momento de terminar con esta farsa, han sido estos demagogos capaces de controlar el sistema. En este final de año y de fiestas de reconciliación y amor cristiano, nos aventuramos a un enero de inicio de campaña, nada más aterrador en las actuales condiciones, son los mismos, son los que ha depredado el Estado y no han generado ningún fruto de convivencia social, paz y empleo.
El pueblo-ciudadano está cansado de la compra del voto, de la especulación con sus necesidades, basta ya de engaños y mentiras. La “paz” ha sido una excusa para el latrocinio y la corrupción.
Los ciudadanos nos vemos afectados por dos circunstancias impostergables, la falta de empleos dignos y la inseguridad campeante en todo el territorio, no me atrevo a señalar que sean los únicos, más sin embargo me parece son los principales. Veremos otros factores de orden nacional que apoyarían irrefutablemente a la solución de estas dos causales del desencanto ciudadano.
Por varias décadas la inseguridad ha sido el dolor de cabeza, entre el robo, asalto, extorciones, y otro sin número de atropellos, como la interminable ejecución de conductores de buses, pequeños empresarios que se niegan a pagar extorciones, violencia inter-pandillas y grupos delictivos, nos hemos envuelto en una faena de tolerancia e indiferencia. ¡Esto tiene que terminar! Delincuentes que masacran policías, delincuentes que secuestras y roban armas a los policías, delincuentes que invaden y causan daños a la propiedad privada, delincuentes que nos mantienen en la zozobra de la falta de asistencia médica y de educación. Grupos conspiradores que roban energía eléctrica y  causan interminables paros y bloqueos en las carreteras de nuestro país, por ciertas carreteras destruidas por los delincuentes apoderados de la corrupción estatal.
Todo esto y un poco más, integran las preocupaciones y pláticas cotidianas entre los guatemaltecos. Estos males, no son naturales, hemos permitido que se incrusten y dominen el sector público y esferas privadas, debemos iniciar una oposición frontal para cambiar este sistema patético que nos sumerge en la desavenencia y la inconformidad.
Las próximas elecciones son cruciales para el reencuentro nacional, son vitales para iniciar la verdadera integración guatemalteca y alejarnos de los discursos clientelares, disociatorios y por sobre todo del discurso falas de la justicias social, elementos estos, que han generado en las últimas tres décadas el caos que hoy vivimos.
Socialmente somos una república integrada por muchas etnias y descendencias, pero nos une un sentir de progreso y libertad, esto lo debemos defender a toda costa. El primer elemento a establecer es el final de la intencionalidad de segregarnos, no es posible una sociedad segregada, bajo criterios de identidad y multiculturalidad, esa condición la tienen casi todos o porque no decirlos todas las repúblicas democráticas. Estableciendo como parámetro de identificación igualitario dos circunstancias, elegir y ser electo y la supremacía de la ley. Si caemos en la trampa, como se está dando, de pretender, identificar derechos bajo criterios aviesos y tendenciosos, generando legislaciones específicas para grupos étnicos o sexuales, caeremos en una trampa disociatorios. Nuestro objetivo político, debe ser la igualdad ante la ley y el respeto cultural, en proceso como es su naturaleza de transformación e integración.









Del escritorio: del General de División Francisco Bermúdez Amado
La vía democrática
La doctrina política clásica, configura los partidos políticos, como los medios de manifestación ciudadana, son estos, los canales por los cuales el ciudadano manifiesta sus intenciones y peticiones con la promesa de sus respuestas en las esferas del poder político, con tales petitorios. A simple vista muy sencillo, el ciudadano se une a un partido, en el que coincide con su forma de pensar y en el cual atienden, sus peticiones, de orden legislativo, de inversión y de gestión administrativa local y nacional. Y en esta dinámica el ciudadano espera la respuesta a tales petitorios. Es en el sistema “democrático” la conjunción cuasi perfecta entre ciudadano y su liderazgo político.
En tal intencionalidad, el ciudadano le da su confianza y sus aportes al partido para que éste gane una elección y cumpla con los designios del procurador de la victoria. La fórmula democrática es simple y a la vez confusa, ¿Por qué? El proponente político tiene una vasta gama de intencionalidades, éste le asigna prioridades y de estas conclusiones surge una agenda legislativa a proponer, discutir y aprobar. El curso de los petitorios involucra inicialmente al ejecutivo, con las acciones dadas de tal denominación, ejecutar, éste se ve impelido a cumplir con los petitorios o las promesas que haya agregado, para obtener el voto ciudadano. Generando una confusión, en un tema de sumo cuidado y nefasto final, “el presupuesto”.
La convulsión se da en esto, presupuesto, cuanto hay y que nos podemos gastar. Tema muchas veces desconocido o que no se conocen los vericuetos de la ley que lo genera y los compromisos previamente adquiridos, o,  de compromiso obligatorios.
Partidos, es sinónimo de liderazgo político, quien construye un partido se forja como líder político, dice la doctrina, y hacia ese derrotero debemos apuntar. Con los impulsos de la creación de partidos, se estimula y fortalece el liderazgo político.
El líder político
En las charlas familiares, entre amigos o colegas, siempre surge la interrogante, ¿Quiénes son líderes políticos? Nos cuestionamos permanentemente sobre este tema. Es más, inquirimos entre que no hay líder políticos. Sin percibir que todos los que se acercan y conforman las estructuras de muchos partidos, ejercen un liderazgo y por eso están siendo parte del proceso. Nos guste o no, ellos generan las estructuras de la participación social o mejor aún, de la participación ciudadana en los partidos. ¡Ha! pero que los motiva para tal acción, la búsqueda de los petitorios, o la búsqueda de los intereses, similares conceptos, unos personales, otros comunitarios y otros nacionales. Sin embargo sus acciones son reales, toda participación tiene un interés, de estas magnitudes. La participación desinteresada es exigua, o inexistente.
El liderazgo es sinónimo de ejercicio del poder, los ciudadanos se lanzan a la aventura política porque desean conseguir logros sociales y logros personales, aun sean estos, el reconocimiento. Y estas acciones son loables, nunca de demerito, por el contrario, son personas que se lanzan al abismo con idea y visión que consideran es de beneficio colectivo, esta es la verdadera fusión ciudadana del liderazgo, alcanzar objetivos que generen reconocimiento y bienestar. La prole requiere de un líder, la tribu, la aldea y todas las estructuras identificables, liderazgo es marcar el derrotero del conglomerado y esta actitud no la posen todos.
El liderazgo no se lo otorga el individuo, lo otorga el conglomerado, esa es una fase de entendimiento y su fusión es la visión de prosperidad que se plantea.
El Sistema
Surge en esta etapa de configuración política, una diatriba, el sistema de partidos políticos, y nos encontramos con que tenemos dos tipos, un sistema abierto o cerrado, el primero se fundamente en la estimulación de los perdedores (pequeños, pocos votos) o se configura (segundo) para fortalecer a los ganadores, los de mayor porcentaje de votos.  Cómo estimulamos estos que ganan elecciones o como disfuncionalmente distribuimos votos entre los que menos votos obtuvieron, pero que se estimas que son importantes en el escenario. Lo importante es la participación, sí, pero fundamental es la integración de prioridades y objetivos.
Nuestro sistema es el de minorías, y este parámetro, estimula la proliferación y la disolución de partidos, jugamos con los perdedores. Tres décadas tenemos en nuestro país de apostar a este sistema, porque los vencidos de la guerra nunca creyeron ganar una elección, y lograron en su perverso y corrupto sistema, legislar a favor de este proyecto. ¿Quiénes son los corruptos del sistema?
Tres décadas después, el sistema esta fracasado, ¿eso no importa? ¿Es perentorio cambiármelo? La respuesta debe ser correspondida, la democracia, demanda reglas claras y leyes generales, ¿esto se ha cumplido? La apuesta democrática es a las mayorías, no a las exiguas alternativas, y más, aun, es a la plena conciencia de los ciudadanos de su actuar electoral, no al voto comprado, como ha sido la metodología existente.
Los partidos son el camino, las leyes han sido su perdición, hay que enmendarlas. Tarea de urgencia y de mucho criterio.  El ciudadano quiere respuestas, las opciones son acercar el poder, fortalecer el poder local.







Situación de los partidos
Los partidos son los mismo y los dueños los mismo, no dan acceso por intereses económicos a nuevas opciones, esta circunstancia limita a nuevas opciones, y aunque se designan como retroceso político hay estructuras que pueden representar según sus nuevos cuadros, opciones de cambio. Vienen a ser opciones para instaurar un nuevo “orden y control”, nuestra patria necesita orden, necesitas disciplina en la administración pública y por sobre todo necesita que se construyan las condiciones para una vida mejor, liderazgo con visión. ¿Son las próximas elecciones el camino al cambio? Cuándo tenemos las pruebas del engaño y la certeza de que sigue lo mismo.
Los partidos políticos representan más de lo mismo, “las instituciones políticas” son la misma cosa, engaño, corrupción y lo peor, demagogia y adulteración. Las listas de pretendientes son similares a los últimos treinta años, están maculados con las mismas doctrinas de oportunismo, enriquecimiento y avorazamiento al poder. Sin embargo los partidos políticos son el camino al ejercicio del poder gubernamental. Se han satanizado los partidos cuando, en certeza son el producto de la interacción ciudadana, intereses: individuales, gremiales y sectoriales, todos valederos en un una agenda de nación que hay que construir.
LOS CANDIDATOS
Que podemos apuntalar de liderazgo, visión de país y de aporte a soluciones de los intrincados problemas de la nación: desempleo, empleo marginal, falta de crecimiento económico, falta de propuestas económicas, legislativas que favorezcan la creación de nuevos y mejores empleos, principalmente para los jóvenes como nuevos emprendedores mundiales. Por el contrario se perfilan como disolución de oportunidades de cooperación internacional, pero más inaudito, la obligación de inversión de los propios connacionales en proyectos de desarrollo económico y sin lugar a duda de crecimiento laboral, el trabajo es la principal  estrategia, si no alcanzamos espacios laborales para nuestros casi 20 millones de habitantes, y adicionalmente para un singular segmento de patriotas que ya pasaron a la situación de retiro pero que aún conservan experiencia y creatividad, quienes han sido confinados a una relación de dependencia, de sus exiguas pensiones o de la acción familiar. La misión es generar beneficios para todos los ciudadanos. ¿De qué estamos hablando? ¿Qué estamos pretendiendo?
¿Y cuál es la propuesta? ¡El fortalecimiento del Poder Local!
El espíritu Republicano debe ser el eje central de configuración, esté está en proceso de construcción, hay que iniciar con una exhaustivas revisión legal, para eliminar todas aquellas leyes malas y concentrarnos en los principios del republicanismos, leyes generales y abstractas, esto es igualitarias, donde prevalezca el respeto a la vida, la libertad, la propiedad privada, la justicia y los derechos de protesta y disentimiento. Estos conceptos son los principios de convivencia social, aunados al respeto y fortalecimiento del proceso de integración cultural y la plena identificación de los esfuerzos estales en términos de fortalecer el bien común: educación, salud, servicios fundamentales y la seguridad ciudadana.
Urge una revisión de la estructura gubernamental y de sus leyes y reglamentos, de tal forma que se busque la eficiencia de las dependencias del Estado, que faciliten las iniciativas ciudadanas y no, por el contrario las entorpezcan, retarden o desanimen. Necesitamos un gobierno de ¡Servicio! hay que modificar procedimientos y regulaciones. Estas acciones son para los tres poderes del estado y las instancias descentralizadas. Iniciando con la institucionalidad de la selección de los recursos humanos, así como de la institucionalidad de la rendición de cuentas, estas dos acciones son de carácter prioritario, su descentralización y desconcentración.
El fortalecimiento de las autoridades e instituciones departamentales y municipales. Esta visión devolverá al ciudadano su capacidad de incidir en su beneficio. Se ha concentrado en la Capital el poder de decidir sobre los problemas del interior, craso error. Se debe iniciar el despliegue de la burocracia hacia todos los 22 departamentos y los 340 municipios, esta acción involucra a los tres poderes. Jueces, fiscales, policías, maestros, doctores etc. Deben ser reasignados a los municipios y a los departamentos, proveyéndoles de vivienda digna y facilidades para su diario vivir.
Llamando a la responsabilidad de los Alcaldes y sus Consejos municipales a que sean los rectores de todos los servicios que necesitan su comunidad, aldeas y caseríos. Esto implica evaluar otras instancias que pretenden abrogarse la definición de que es bueno proyecto o mal proyecto, desde sus oficinas en la Capital, no debe de funcionar así, SEGEPLAN se debe desconcentras y ser un brazo técnico en los departamentos y municipalidades, lugar de toma de decisiones. Los consejos de desarrollo han sido una causal de corrupción y anacronismo político, debe considerarse su eliminación y devolverle a los alcaldes su poder y decisión, en base a la cercanía administrativa con los vecinos. Estas son medidas fundamentales para fortalecer el poder municipal.
El rediseño de la recolección impositiva debe ser estudiada y discutida para lograr que el poder local pueda recolectar impuestos o tasas, de tal forma que incrementen sus presupuestos, de acuerdo a las diferentes actividades productivas que se generan en sus espacios territoriales. Esto lograra la verdadera competencia administrativa en la obtención de recursos y se transformara en beneficios directos para las comunidades. Asumiendo por supuesto el costo de esta gestión administrativa, propia del poder local.
Es prioritario la reorganización de los ministerios y secretarias del organismo ejecutivo. Se han generado duplicidades en funciones y responsabilidades. Hay que visualizar el Ministerio de Industria, el Ministerio de Ciencia y Tecnología, el Ministerio de Comercio exterior, El Ministerio de Fomento Empresarial, el Ministerio de Vivienda, el Ministerio de Transporte Terrestre, Aéreo y Marítimo, el Ministerio de Infraestructura vial, de producción y de servicios, el Ministerio de Cultura y Turismo, el Ministerio de Industria Agro alimentaria, el Ministerio de Protección Civil, el Ministerio de Energía, el Ministerio de Recursos Estratégicos(minerales), entre otros de fundamental importancia; pero lo más importante que la denominación es construir una nueva visión de país y la acción del gobierno en apoyo a sus ciudadanos. Para diversificar la capacidad exportable del país, así como un profundo análisis de instituciones redundantes.
Esta nueva arquitectura de gobierno está encaminada a diseñar la actitud y las acciones para ser aplicadas hoy, para la prosperidad inmediata.  El letargo institucional político, es evidente, las leyes malas son recurrentes, y lo más decepciónate es que dejamos sin alternativas a nuestra población, principalmente nuestra juventud. ¡Hay que trasformar la forma de hacer gobierno!
El objetivo estratégico es el aprovechamiento de nuestros recursos estratégicos para el benéfico de los ciudadanos, esto es imperativo y debe concatenarse con el soporte institucional para las comunidades, en el proceso de transformación administrativo estatal.
¡Y! el ciudadano, ¿Qué?
El pacto ciudadano de trasformación estatal, se fundamenta en el compromiso, con la responsabilidad, con la actitud, pero sobre todo en la determinación de ser cada día más prósperos y libres.
Compromiso con la propiedad privada y la búsqueda del bienestar colectivo. Con la responsabilidad colectiva en el cumplimiento de las acciones que hagan sustentables los objetivos colectivos. No es fundaméntale el excluir o eximir a nadie de su responsabilidad en el proceso, ahí, se considera el concepto de proporcionalidad, pero el cumplimiento es ineludible.
El ordenamiento social tiene su génesis en la aceptación de la responsabilidad, esto aplica al orden social, político y urbanismo productivo.

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