GOBERNABILIDAD Y CRISIS


 Del escritorio del: General y Licenciado FRANCISCO BERMÚDEZ A.
Gobernabilidad en la crisis
Como lo demuestran las estadísticas (variadas por cierto) esta pandemia del Covid19 ha generado un “tsunami” de información en las redes sociales que termina por confundir y generar una gran incertidumbre en las población. Que con razón extrema sus precauciones y se restringe con suma pasividad de sus libertades fundamentales, en aras de contribuir a la mitigación del avance invisible del virus, y sin duda de garantizar la salud familiar.  Esta tolerancia social a las disposiciones gubernamentales se percibe como positiva y conduce a minimizar el impacto de la enfermedad en nuestras sociedades, restricciones que se están tomando en muchos países y se empiezan a ver los resultados con más o menos resultados positivos. Esto, es alentador y debemos exhortar al fiel cumplimiento de las medidas reductoras de la movilidad social.
Sin embargo estas acciones generan un desbalance económico dramático en los haberes sociales, generando crisis económica, la cual se manifiesta en alimentación, medicinas, rentas sin pagar, servicios en mora y una serie de falencias que sufre la fuerza laboral del país, situación que está haciendo mella en otras latitudes y muy particularmente en la economía mundial, con una seria afectación en los “commodities”, principalmente el petróleo, o los combustibles fósiles en general, que son los que cubren gran parte de las demandas de servicios del mundo: movilidad vehicular, transporte pesado, transporte marítimo y aéreo y otros; sistemas de calefacción y aire acondicionado, energía eléctrica en cierto nivel, afectando producciones industriales.  El impacto laboral está siendo incalculable y el desabastecimiento de productos esenciales genera un escenario de pánico, quizás una pandemia laboral sin precedentes. Estos escenarios los hemos leído  en diferentes versiones y desde diferentes enfoques, no adentrare.
La gobernabilidad como acción de sostenimiento integral del orden social es el otro gran factor potencializador que se ve afectado y del cual debemos tener un panorama más consiente y una acción más vigorosa de nuestras autoridades. El ejercicio del orden y control debe manifestarse en todo el territorio, no permitiendo la anarquía ni mucho menos el pretender establecer regulaciones arbitrarias por grupos no autorizados y  mucho menos al margen de la ley. La solidaridad social y el orden social se fundamentan en el respeto a la ley y a la autoridad electa y facultada para dictar las regulaciones pertinentes.
Ningún grupo, comunidad o autoridad local puede o debe emitir disposiciones que violen los derechos legales y Constitucionales de los ciudadanos, bajo premisas de control sanitario. El Estado Republicano, que es nuestro sistemas político, es electo democráticamente y en el depositamos (según nuestra Constitución) el uso de la fuerza para el mantenimiento del orden y el control social, la gobernabilidad territorial, el mantenimiento de la paz y las libertades fundamentales.
No se debe permitir que con el argumento de crisis sanitaria, se bloqueen carreteras, se limite la movilidad ciudadana y mucho menos se invadan o bien se tomen propiedades privadas haciendo uso de sus recursos y sus producciones en aras de la crisis virulenta que se vivimos. Acciones, éstas que están siendo aprovechadas por grupos disidentes antisistema, que aprovechando la crisis sanitaria, están motivando una serie de acciones a los márgenes de la ley con fines políticos reaccionarios y pusilánimes. Dichos actos deben ser reprimidos con total potencia para el mantenimiento del orden nacional. Máxime cuando esto involucran violencia armada contra autoridades legalmente constituidas, PNC, Alcaldes y otras de índole militar.  La crisis no es motivo para defenestrar un sistema legal y para agredir a las autoridades, las empresas o la propiedad privada, estos derechos son la medula espinal de nuestro ordenamiento jurídico y por ningún motivo deben de vulnerarse.
Ciertamente es función primordial del Ejecutivo, el generar los mecanismos que permitan sufragar la crisis y apoyar a los más necesitados para que no sufran “aprietos” adicionales (empobrecimiento), como la falta de ingresos y el desalojo de sus viviendas, pagos de servicios vitales y otros.  Esta acción al igual que la de imponer orden y control, deben ser de alta responsabilidad en el proceso de toma de decisiones. Y considero que el costo de estas medidas debemos ser todos los Guatemaltecos corresponsables y mancomunados en sus fines.  Ese es el espíritu de cuerpo nacional que debemos inspirar y fortalecer en estos tiempos de riesgo social.
Acciones podemos visualizar varias:
1.       El Fondo de Inversión Social para la prosperidad (fondo con participación de todos, individual y gremial). Inversiones de gremiales, e individuales. Para la creación y explotación de nuestros recursos naturales y nuevas iniciativas de participación individual y comunitaria.
2.       La creación de otro sistema de previsión social (no IGSS, este sigue con un segmento) con mayor flexibilidad y apoyo a la economía informal.
3.       Estudio de un nuevo pacto laboral con mayor flexibilidad y beneficio mutuo, con escogencia en la formación empresarial. Que permita el desarrollo de nuevos negocios y la incorporación de la “llamada economía informal”
4.       Amplitud en la flexibilidad de la educación pública a becas de escogencia individual,  a todos los niveles. Facilitándole al alumnado su libertad de escoger en donde quiere estudiar, facilitado por las becas.
5.       La ampliación a más Universidades con financiamiento estatal, que se especialicen en sus departamentos y necesidades de investigación y desarrollo; Definiendo sus propios objetivos científicos y educacionales. Así como identificando sus objetivos locales y su administración departamental.
6.       El establecimiento de fondos de apoyo empresarial (banca estatal con regulaciones específicas de inversión), al margen de la ley de bancos, para un soporte directo del gobierno a nuevos emprendedores.
Es el momento en el cual nuestro liderazgo político, empresarial y social debe apuntalar iniciativas de solución que prevalezcan para la conformación de un nuevo orden económico social, de libertad, solidaridad y prosperidad.
LIDERAZGO  CON DISCIPLINA Y CONTROL.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Excelente muy atinado a la realidad

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