LA FAUNA POLITICA
Del Escritorio: Del General de División Francisco Bermudez Amado
LA FAUNA POLITICA
La diatriba latinoamericana de principio y final.
De cuentos y anécdotas del llano político, surge la antítesis del fauno, el lobo con piel de oveja, quien pretende hacerse pasar por fauno, ser el protector del rebaño y el todo poderoso “dios mítico”, convirtiéndose ese mismo protector y ofrecedor de ahuyentar al chacal malicioso en el gran depredador del rebaño. De esta analogía del fauno y la fauna, en la jungla política, podemos substraer muchas enseñanzas que vislumbran las estrofillas del depredador, enunciados que buscan su antonomasia, el sentir, de las “masas”, de las “grandes mayorías”, de “la opinión popular”, lo que “el pueblo quiere”, lo que “el pueblo necesita” y el más común, “las necesidades de mi pueblo”.
Paradójicamente también de estos modernos faunos de la demagogia sustraemos “lo que el pueblo quiere oír”, y lo que “el pueblo pide”. Creando al estilo del flautista de Hamelín, un embrujo melódico que encanta a todos los pueblos de la jungla, a seguirlos vehementemente como el famoso cuento.
Como en una jungla paradisiaca, o generalizada en cuanto a su estado inerte, asumen estos lobos depredadores con sus flautas y tonadas protectoras de las mil y una forma de engatusar al pueblo, al votante, al inocuo, desinformado y desinteresado ciudadano, soberano, quien como cordero o rata les otorga su asentimiento para que los gobiernen y les regale, los beneficie o los “ayuden” a mejorar su inducida vida de fracaso y falta de oportunidad, su estereotipada vida de marginalización, de desigualdad y de falta de equidad, influidos también estos criterios, con el único fin de la alimaña de enriquecerse de su indolencia e inocencia.
Sin embargo mucho de estos adjetivos no son nuevos, repetidamente los escucha la multitud de despreocupados habitantes de la jungla, que si bien, están temerosos, insatisfechos, cansados, agónicos y perseguidos, no se percatan que el voraz flautista encantador sigue con su melodía atrayéndolos hacia la misma encrucijada una y otra vez, reforzando sus discursos ofertativos y sus palabras indulgentes ante el desastre que ellos mismo, depredadores políticos han provocado y del cual se benefician.
El juglar político quien construye las aclamaciones, las diatribas de embaucamiento conforman el escenario perfecto de identificación de las dolencias del ciudadano, sus , sus insatisfacciones, sus sueños y edulcorantes anhelos, todos ellos son estudiados, y luego motivados para que generen la carnada perfecta ante su candidez. Pero el mal llamado político, que unos dicen cual RAE, que son políticos de carrera y no a la carrera, no está solo en este esfuerzo, se hace acompañar de más juglares y soldaderas al mejor estilo medieval, quienes tanto los cantantes-poetas como las damas que le dan alegría al espectáculo ambulante, se unifican para motivar al “voto” a un desenfreno emocional que les otorgue el poder.
La escenografía medieval continúa entre fanfarrias, juglares, juglaresas y la improvisación de versos y estrofillas que incitan a la fiesta y la entrega, en este caso, del voto.
Sin el voto nos jodemos y del voto dependemos
De las alegres elecciones, las alegres donaciones
De las urnas extraeremos, pérfidas acciones
Con nuestras convicciones, al ciudadano dormiremos
Corderos comeremos, al pueblo nos debemos
Y al final nos componemos, nuestros hijos compondremos
Con igual desenfades los ofrecimientos no se hacen esperar, “lo prometido es deuda”, “ofrecer no empobrece”, “obras y no palabras”, y a estas fanfarrias se les debe añadir, los impulsos más recalcitrantes, “les quitaremos a los que tienen”, los oligarcas son los responsables de nuestra desgracia”, por unos pocos pagamos el pueblo. “El pueblo al gobierno” quizás ha sido el estribillo más elocuente.
La fauna política no es nueva, tiene siglos de existir, es más, desde las cavernas, se formó un grupo dirigente, y ahí, inicio todo. Cando surgió el sedentarismo, se consolido, la dirigencia, en inicios como un liderazgo de conocimiento, aún perdura, para ser seguido por un sentir de trascendencia, como perdurará nuestra unión.
A la sazón, se nutrió de “creencias”, la incertidumbre y la razón de existir, fueron los elementos más identificables. Los cuestionamientos no se hicieron esperar, de dónde venimos, porque estamos aquí, cual es nuestro fin, quien nos creó o nos trajo. ¿Somos producto de qué? Las respuestas empezaron a fluir, de todo el conjunto de conocimiento acumulado en su época y de los ancestros.
Es la madre naturaleza? ¿Es un poder o poderes superiores? ¿Somos los elegidos para servir? La filosofía nació, y las respuestas iniciaron.
Estampa: El Voto
El llamado gueto, favela, montaña, ladera, zona marginal u otros nombres que se les da a los “asentamientos humanos”, son el reflejo de la inconsistencia política de nuestros sistemas. El caserío, la aldea, la villa o el municipio son la viva representación de la estructuralización social, mediante los espacios de sub-convivencia, creados para generar un orden o supuesto orden, un espacio más de orden político-legal, que estadios de preferencia comunitaria en la búsqueda de su prosperidad. El voto como sustantivo de mercadeo electoral cobra vigencia al ser un ente un ¡sustantivo! ¡Mi voto!
El voto, se encauza a ser los votos, a identificar una preferencia y debe de conducir a ser ¡mi voto! soy libre y responsable de otorgarlo. La pretensión de disponer de más votos electorales para sus campañas políticas ha generado esas migraciones a centros de desarrollo, identificados estos como municipios, cabeceras departamentales, ciudades de primer orden u otras ciudades en donde el interés del voto se hace más urgente o presente. Incluso hoy día internacionalmente. En los asentamientos de pobreza, son con los cuales se garantizan un caudal electoral que les permite continuar con su vida de falsos políticos.
El discurso del voto es aquel que escuchamos, en donde prevalecen las dadivas, obsequios y prebendas, el voto, es el sustantivo principal, originando la preferencia electoral. Lo que ha permitido generar sistemas en la administración pública que accedan a obtener presupuestos sujetos de ser utilizados para compras variados bienes, destinados a ser regalados. Este sistema se ha diversificado de tal forma que, en las administraciones públicas del estado, se incluyen todo tipo de bienes y servicios, los cuales están destinados a ser obsequiados por los “votos” en jornadas electoreras. La necesidad del pueblo determina en forma subregional y cultural como el voto se hará real.
Delineando estrategias como la de Nicaragua, (Ortega y compinches) encarcelando opositores, limitando los votos en contra, así como enfureciendo, y financiando las multitudes en contra de sus atributos principales, que son la libertad y prosperidad. Apaciguándolos con el derrocamiento de las oligarquías y aceptando como claras ovejas la sumisión y el estatismo secular. Casos similares los vemos con las acciones contundentes de violaciones y contubernios, a la libertad, el estado de derecho y la prosperidad, asumidos en el republicanismo, en Chile, Perú y mas claros con los ejemplos de fracaso, en Venezuela, Bolivia y Argentina. Todo esto bajo el engaño del” voto”, ofreciendo y despojando de lo poco que se tiene. Singular Venezuela, una potencia petrolera, hoy día, importando combustible, mayor fracaso, no se puede explicar. Del “voto” afloran magnos regalos de artículos, desde la diversidad de semillas, fertilizantes, machetes, azadones, bombas de fumigar y todo tipo de enseres para los campesinos hasta la expectativa de proyectos de gestión agrícola, tecnología de producción, mejorías de las tierras para cultivar y otras de ingenio y falsedad.
El “voto” inventa bolsas de alimentos, bonos en efectivo, becas en efectivo, bolsas educativas, láminas, madera para construcción y muchas otras cosas para hombres y mujeres. Las mujeres, que se han vuelto un blanco de oportunidad electoral sobre todo en los estratos de mayor pobreza e ignorancia. La intención del voto electoral ha llegado a facilitar utensilios deportivos, pelotas, uniformes y zapatos, para atraer a los más jóvenes; por el ansiado voto, se regalan juegos de salón, de entretención y todo aquello que se les ocurra.
Cuando la temporalidad llama al voto y se enciende el evento proselitista, los asaltadores del voto, necesario para la elección, inician jornadas de regalos y regalos y más regalos, despilfarrando no sus haberes, por el contrario, en muchos casos los erarios nacionales. Siendo el voto el artista principal de la comedia electoral y sus víctimas los hacedores de grandes filas y porristas que acuden a la presentación de las reclamaciones del voto, con la esperanza que el voto les dé gorras y playeras. El voto como actor principal de la contienda se reviste de un atuendo encantador y pretende influir en la necesidad del cándido elector.
Es el voto el sortilegio con el cuan el pueblo sigue siendo engatusado y manipulado con falsas expectativas y ha terminado con sus esperanzas. Son los políticos y su ansia de “votos” los artífices del descalabro social que vivimos no solo en Guatemala, en toda Latinoamérica. Seguimos siendo los ratones de Hameíin.
LIDERAZGO Y DISCIPLINA
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