El escenario Disfuncional y nuestra crisis de liderazgo.
El
escenario de disfuncionalidad
Situación
General:
Gobernanza,
salubridad y economía.
En la región Centroamericana se
observan las acciones concretas tomadas por los diferentes actores.
Considerándose que las acciones “conjuntas” y “coordinadas” serán las que
producirán mejores efectos en “la administración de la pandemia” y
subsecuentemente en la “reactivación económica” de la región. En esa línea de
acción debieran hacerse los esfuerzos por el liderazgo político, empresarial y
social.
Actores Protagónicos:
1.
Los “Presidentes y Cancilleres” de los
diferentes países que componen el sistema de Integración Centroamericano.
Quienes se reunieron y aprobaron: el “Plan
de Contingencia Regional: Centroamérica y República Dominicana unidos contra el
CORONAVIRUS, COVID-19”. - Los Fondos por más de $1900 millones para los Países
Miembros del SICA. US$1000 millones para el Fondo Contingente de apoyo a Bancos
Centrales, $550 millones para el Fondo de Emergencia Fiscal y $350 millones
para un programa de Liquidez para la Banca Comercial de los países del SICA
para el apoyo a las MIPYMES.
2. “Organismos
Legislativos” de cada uno de los países miembros, en un afán de convertir la administración
de la crisis, en un objetivo político y no técnico. Su discusión y apoyo ha
sido condicionado a réditos de orden político votantes.
3. La
dirigencia local, “Alcaldes”, quienes han impulsado sus propias medidas como
gestores locales, unos con aciertos y otros no tanto. Generando discrepancias
en las “instrucciones” del Poder Ejecutivo. Provocando demandas financieras.
4. “Actor
Principal” en la región se constituye el SICA, dirigido actualmente por su
secretario General, Vinicio Cerezo, guatemalteco y ex presidente. Logró un
acuerdo muy satisfactorio, el cual ha presentado cortapisa y dificultades, por
intereses individualistas de Estado. “El Plan está integrado por cinco ejes: 1)
Salud y Gestión de Riesgo, 2) Comercio y Finanzas, 3) Seguridad, Justicia y
Migración, 4) Comunicación Estratégica y 5) Gestión de Cooperación
Internacional. Además, se incluyen consideraciones importantes en materia de
seguridad alimentaria y nutricional, del sector MIPYME y la perspectiva de
género para la protección de los derechos de las mujeres”
5. “Cámaras
Empresariales Centroamericanas” y sus respectivos afiliados de cada país
integrante. Empresarios cuyos intereses se constituyen en toda la región,
transporte, bienes, hierro, valores, comestibles y una serie de productos
fundamentales para la vida y el sostenimiento económico regional.
6. La
construcción del Plan, bajo la coordinación de la Secretaria General, es un
esfuerzo compartido con la Secretaría Ejecutiva del Consejo de Ministros de
Salud en Centroamérica y República Dominicana (SE-COMISCA), la Secretaría
Ejecutiva del Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres en
América Central y República Dominicana (SE-CEPREDENAC), la Secretaría de Integración
Económica Centroamericana (SIECA), la Secretaría Ejecutiva del Consejo
Monetario Centroamericano (SE-CMCA), el Banco Centroamericano de
Integración Económica (BCIE) y la Secretaría Ejecutiva del Consejo de Ministros
de Hacienda o Finanzas de Centroamérica, Panamá y República Dominicana
(SE-COSEFIN); así como también, de la Comisión de Autoridades Migratorias
de los Países Miembros del SICA (OCAM) y las secretarías técnicas de la
Comisión de Jefes y Directores de Policía de Centroamérica, México, el
Caribe y Colombia (CJDPCAMCC), el Consejo Judicial Centroamericano y del Caribe
(CJCC) y el Consejo Centroamericano y del Caribe de Ministerios Públicos
(CCCMP). Cita.
7. La Secretaría
de Integración Económica (SIECA) ha informado que las aduanas de la región
no tienen restricciones para el ingreso y salida de mercancía y continúan
trabajando para garantizar el abastecimiento a los países, sin dejar de seguir
los protocolos dispuestos por cada Gobierno. El Secretario General de la SIECA,
Melvin Redondo también ha estado activo desde sus redes sociales
compartiendo información de último momento en el ámbito comercial de la región.
El
Embajador Melvin Enrique Redondo, hondureño, ocupa el cargo de Secretario
General de la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA)
Actores Antagónicos:
1. El
“Crimen Organizado”, quienes continúan y aprovechan la pandemia para optimizar
sus actividades, amparados en las restricciones ciudadanas y la corrupción
institucional. Tema de discusión e impacto en la administración de la crisis,
el cual tiene un impacto en el comercio ilegal.
2. Las
“Maras” quienes hacen uso de su organización regional para optimizar sus
actividades, el cierre de negocios disminuye su capacidad de extorción. Sin
embargo, se encaminan a la delincuencia común, saqueando supermercados, tiendas
y trasportes de bienes y servicios. Si bien han disminuido la violencia común
de muertes y violaciones, no han cesado en su forma y necesidad de obtener
dinero para su sustento. La distribución al menudeo y el tráfico de cocaína,
blancas y otros sub productos.
3. El
“Contrabando de Bienes”, se observa con mayor empoderamiento ante la fragilidad
de las fronteras regionales y la corrupción institucional. Se visualizan mayores cantidades de ilícitos
en tránsito, la pregunta es ¿hay consentimiento? El aseguramiento de los
Puertos navieros, aéreos y terrestres, están siendo sólidos, o están abiertos
al libre intercambio.
4. Los
“grupos de intereses sociales conscriptos a la Agenda de Sau Pablo”,
desarrollan campañas de desprestigio en contra de los gobiernos y autoridades,
desacreditando lo actuado, como estrategia de manifestación del fracaso de las
gestiones pública y de los partidos políticos en gobierno.
5. “Gestores
Públicos”, que aprovechan la crisis para corromper el esfuerzo de ayuda y apoyo
social. Sindicatos en protestan de todo nivel y demandan bonificaciones,
atención y privilegios. Organizaciones
burocráticas en franca demanda por bonos y retribuciones. Todo esto al margen
de la población realmente necesitada y quienes perdieron su empleo. Un caso
flagrante es la diferenciación entre maestros públicos que reciben su sueldo, y las instancias gubernamentales que impiden
la exigencia del pago de los colegios privados, atentando contra la educación
privada cuna y excelencia del desarrollo centroamericano. Gestión ante todos
los niveles de la educación, catastrófico en términos del resurgir social.
6. “Actores
ilegales” que manejan e incitan el contrabando y el tráfico de bienes y
servicios atreves de las endebles fronteras.
Actores Secundarios:
1. El
“Sistema Sanitarios”, quienes no han logrado controlar la pandemia, por
diversos motivos, insuficiencia de instalaciones, insumos, garantías de
seguridad al contagio, falta de coordinación interregional y extra
regional. Fenómeno tanto de los países
individualmente como colectivamente.
2. “Organismos
internacionales”, quienes no han ejercido un liderazgo real y certero en el
tratamiento de ésta pandemia, pese a las múltiples anticipaciones de estudiosos
y centros de investigación. OMS y sus subsidiarias.
3. “Medios
de Comunicación” quienes han discurrido entre intereses políticos y de
información a los ciudadanos, generando incertidumbre y desinformación.
4. “Redes
Sociales”, en su máxima expresión, han logrado influenciar en la población,
temores, sin sentidos, angustias, y desinformación. Un proceso de comunicación
social que también ha logrado una alta comunicación entre ciudadanos, familias,
amigos y logrando un intercambio de “consejos”, “recetas” y “acciones” a tomar.
5. Autoridades
nacionales y regionales, que refuerzan su actuar para lograr minimizar la
delincuencia regional.
6. CEFAC,
conferencia de Fuerzas Armadas, quienes manejan una agenda muy amplia en temas
de seguridad regional. Debiéndose fortalecer su actuación para el aseguramiento
de la región. Instancia de producción de inteligencia y mecanismos de control
en el tránsito y control del transporte regional, entre otros menesteres.
Consideraciones del Enfoque:
La creciente incertidumbre
regional, nos hace reflexionar en nuestras instituciones, su actuar y sus
decisiones, en esta presentación no hablamos de OEA u otras, nos concentramos
en SICA, considerando que es el mecanismo de coordinación y soporte para la
toma de decisiones en la región. Sin descuidar las acciones y coordinciones que
hace nuestro organismo Continental, Comisión contra el Terrorismo, y
principalmente la Comisión de Seguridad Continental. Lo primordial en este
esfuerzo es visualizar las disposiciones que el liderazgo regional está
aprobando en términos de afrontar la pandemia, y su involucramiento en la estabilidad
y aseguramiento económica y su sustentabilidad. Esencialmente en los términos
de “decisiones estratégicas” o el ejercicio de las virtudes del liderazgo que
todos esperamos se manifiesten. No las actuaciones personalizadas de ideas,
ocurrencias, si no la profunda reflexiones de órganos especializados que
provean alternativas para el control de la pandemia. Es importante reflexionar
sobre que la crisis es técnica sanitaria, no política oportunista, eso marca
una gran diferenciación en el abordaje de las estrategias, ¿si las hay?
El autor de estas conclusiones,
estima que la crisis ha afectado psicológicamente a todos, pero ha despertado
en los Políticos, una serie de incertidumbres, generando un conflicto de
intereses, entre la acción política, como tal, y las decisiones estratégicas.
Fomentando en la crisis un escenario que tiende a converger erróneamente y
afecta en términos generales al sostenimiento económico de la propia resolución
de crisis. Tal el caso que se observa con las aportaciones estatales para
palear o enfrentar la crisis. En tales circunstancias observamos la
multidimencionalidad de las soluciones, en la cual lo que se discute es una
“prioridad” Salud o Encomia. Gestando una algidez entre la discusión de
conflictividad social o bien la empresarialidad como factor de producción y prosperidad. La percepción de la
crisis se torna inverosímil y de multienfoques, lo que transita en el
pensamiento e intereses de los protagonistas y antagonistas, ¿cuál es el
enfoque prioritario?, ¿cuál debe ser el proceso de decisión? El principio de
decisiones estratégicas, señala que la virtud es favorecer a las mayorías. En
esta dicotomía estratégica debemos de sopesar un balance de, principios, ética
y virtudes, traducido a acciones de liderazgo estratégico.
Para tal fin de reflexión de los temas en cuestión: (cito)
Manuel R. Torres Soriano*
Profesor titular de Ciencia Política, Univ. Pablo de Olavide, Sevilla
Miembro del Grupo de Estudios en Seguridad Internacional (GESI).
a) Sin precedentes: En muchos casos, el evento sobre el cual se
alerta nunca ha ocurrido antes (al menos no en la memoria colectiva); por lo
tanto, existe una resistencia innata a tomar en serio una amenaza de dudosa
concreción, la cual debe competir con la presión que ejercen los problemas y
necesidades del presente. Paradójicamente, ningún obstáculo a la acción es
mayor que esta tendencia a subestimar la importancia y urgencia de lo que
carece de precedentes, ignorando así el hecho de que la historia está plagada
de ejemplos de eventos que sucedieron por primera vez, y terminarían
estableciendo una pauta.
b) Consenso paralizante: Algunos desenlaces catastróficos,
cuando se predicen por primera vez, requieren de un descubrimiento intelectual
que desafía el consenso científico dentro de una disciplina. La mayoría de los
expertos relevantes pueden no estar inicialmente de acuerdo con este nuevo
enfoque o con el peso de determinados indicadores. Es normal y deseable que se
produzca un intercambio de argumentos, el cual constituye la base sobre el cual
se asiente el progreso del conocimiento científico. Sin embargo, los decisores
políticos pueden justificar su inacción amparándose en el engañoso consuelo de
una falta de consenso de los expertos, o con el hecho de que la voz discordante
que alerta del peligro ocupe inicialmente una posición marginal dentro de una
determinada comunidad de conocimiento.
c) Exceso de magnitud: Los fenómenos demasiado grandes pueden
tener dos efectos negativos en los decisores políticos. Primero, la mera
magnitud del problema a veces abruma y genera ese «efecto avestruz» que lleva
directamente a ignorar un riesgo que se nos antoja inabordable. En segundo
lugar, es posible que la persona que toma las decisiones sea incapaz de
empatizar con la dimensión de la tragedia humana asociada a ese riesgo, lo que
provoca una respuesta igualmente inadecuada. Simplemente no son capaces de
comprender la enormidad de la amenaza a la que se enfrentan. Esta realidad se
plasma en una célebre cita del dictador Stalin cuando afirmaba que: «La muerte
de un hombre es una tragedia. La muerte de millones es una estadística».
d) Responsabilidad diluida: En ocasiones no está claro a quién
corresponde el trabajo de detectar el riesgo, evaluar la respuesta y pasar a la
acción. En general, nadie quiere asumir de manera voluntaria el rol de
responsable de un tema que está a punto de convertirse en un desastre. Esta
reticencia crea un «efecto espectador», en el que los observadores del problema
no sienten la responsabilidad de pasar a la acción bajo la creencia interesada
de que es a otros a quienes les corresponde asumir ese cometido.
Este incentivo negativo es más acentuado cuando se refiere a amenazas
que carecen de precedentes, y donde resulta más fácil alimentar la ambigüedad
sobre cuál es el reparto de tareas. Para estas situaciones podría aplicarse
(ahora sí) una metáfora del reino animal: la del «elefante negro». Un desafío
que es visible para todos, pero que nadie quiere enfrentar. Son puntos ciegos,
en los que, debido a sesgos cognitivos, poderosas fuerzas institucionales,
miopía o falta de voluntad para leer las señales, tendemos a evitar la tarea, a
riesgo de asumir en el futuro un precio terrible.
e) Inercias organizacionales: La mayoría de las organizaciones y
sus dirigentes se encuentran volcados en un conjunto consolidado de intereses y
tareas que consumen la mayor parte de su atención. Las amenazas hipotéticas,
aquellas que los líderes realmente no quieren abordar, tienen serias
dificultades para desplazar los temas que despliegan sus efectos en el presente
y de cuya gestión dependen el respaldo electoral que reciben los decisores.
Lidiar con lo imprevisto choca de esa manera con la inercia de unas
organizaciones que tiende a considerar esas advertencias como una mera distracción
de lo verdaderamente importante. Esta falta de interés por lo intangible no es
exclusiva del nivel político, la propia ciudadanía actúa como un potenciador de
esta tendencia. Los diferentes estudios de opinión pública señalan una y otra
vez cómo la ciudadanía juzga duramente a los gobernantes que no están volcados
de manera casi exclusiva en los problemas que se consideran urgentes.
f) Dificultad de comprensión: La comprensión de algunas amenazas
y las posibles medidas de prevención requieren de un bagaje científico o
técnico que no suele abundar entre los decisores políticos. Algunas llamadas de
atención versan sobre tecnologías o teorías altamente complejas que requieren
traducción y aprendizaje por parte de quienes toman las decisiones. El resultado
es que algunos líderes se sienten incómodos con algunos temas que ponen en
evidencia sus carencias o falta de experiencia, y que les obliga a depender de
los criterios de una serie de técnicos cuyas habilidades y criterio no son
capaces de enjuiciar. Algunos sistemas pueden ser tan complejos que ni siquiera
los expertos pueden ver el desastre que se avecina. El crecimiento acelerado de
la tecnología hace que sea cada vez más difícil para los científicos descifrar
los riesgos. Algunas innovaciones, como la ingeniería genética o la
inteligencia artificial, han evidenciado las limitaciones intelectuales de los
propios legisladores, los cuales se ven paralizados ante la necesidad de
establecer un marco que rija una serie de actividades cuyos efectos son difíciles
de entender incluso para los científicos directamente involucrados.
g) Rechazo ideológico: Hay personas que no dudan en rechazar la
única respuesta disponible ante un riesgo probable, simplemente porque
contradice sus marcos ideológicos acerca del poder político, la organización de
la sociedad o la ética pública. Algunas de estas respuestas pueden requerir una
reordenación de las prioridades presupuestarias o un aumento del gasto, la
creación o eliminación de agencias gubernamentales, la pérdida o asunción de
nuevas competencias o la renuncia a ejercer un papel sobre ámbitos
tradicionales de la acción pública. La negación del riesgo o el escepticismo es
una forma de racionalizar una realidad que choca frontalmente con determinadas
preconcepciones que el político se niega a cuestionar. Una estrategia
alternativa para evitar este choque entre realidad e ideología es la búsqueda
de remedios disponibles hasta encontrar una alternativa «aceptable» que aborde
el problema, aunque no lo resuelva. Esta alternativa suele ser fácil, y no
requiere recursos significativos ni mayores perturbaciones. Encargar estudios
adicionales es un procedimiento habitual cuando se cree que se cuenta con
tiempo suficiente antes de tener que acometer una acción contundente contra ese
riesgo.
Debemos considerar estas
reflexivos conceptuales como premisas de un análisis integral del escenario
actual y de lo que se está pensando o bien intuyendo, es virtual que debemos
aplicar estas consideraciones para cualquier escenario posible. La
pandemia del virus paso a ser una oportunidad política, como ha sido en
transcurso de la historia, no hay definición científica su dimensión pude ser
mundial y patética. A continuación una discrecionalidad de las influencias de
la crisis.
En la consideración de seguridad
económica, nos adentramos a la inteligencia económica, y seremos testigos de
elementos de suma transcendencia, que perseguimos, y que dejamos a un lado, el
costo de oportunidad. Encontramos
elementos sustanciales para definir nuestras posiciones, sin intervalos entre
que hacemos y que no, los elementos de definición económica son pragmáticos y
realistas, aquí presentamos elementos de evaluación temática:
De manera breve, «se considera
que la seguridad económica forma parte de las actividades de inteligencia
económica que se encuentran dirigidas a la seguridad de diversos agentes y a
minimizar los efectos que la inseguridad de los mismos puede generar sobre
otros o sobre el conjunto de la sociedad».
Asimetrías de información.
La falta de información adecuada sobre riesgos por parte de los agentes supone
un problema debido a que la posibilidad de existencia de vulnerabilidades se
incrementa.
Externalidades. En este
caso, se trata de los efectos negativos —generalmente— que provoca un agente a
otro sin que este último tenga relación con el primero. Este sería el caso de
algunas políticas de seguridad que poseen efectos negativos derivados del
establecimiento de obligaciones de instalación de sistemas de seguridad o de
regulaciones que pueden suponer un coste excesivo para algunos agentes. En este
caso la relación entre el coste y el beneficio puede no ser favorable y suponer
externalidades negativas sobre agentes que no requieren de dichos sistemas o
niveles de seguridad o que ven como dichos costes les son repercutidos.
Fragmentación de la
legislación. La existencia de distintos niveles administrativos con
capacidad de legislar implica que los agentes sobre los que se aplican las
normas puedan correr el riesgo de incurrir en sobrecostes, dificultades de
acceso a mercados y un conjunto amplio de complicaciones derivados de la
complejidad normativa. Este es el caso de la Unión Europea, los países miembros
y muchos otros órganos administrativos de nivel subnacional. Adicionalmente, la
falta de coordinación tiende a incrementar sustancialmente los costes.
Las resoluciones de los
organismos regionales han dado una pauta de las estrategias a seguir, sin
embargo, sus partes no todos las están acatando, privan intereses particulares
de los miembros o bien la sujeción a estas, los debilita económicamente. La
inteligencia económica en tal sentido nos orienta a la identificación de esos “actores individuales” cuyos
intereses pretenden sobresalir al convite de la pandemia. El incumplimiento en
primera línea, de los acuerdos, sobre sale, Honduras Presidente Protempore del
SICA, la identificación de sus intereses, en términos reales, económicos y
políticos, (sobrevivencia), pude ser un caso de estudio, como se benefician los
otros países, en el incumplimiento de los “acuerdos de SICA” y sus componentes.
Lo que se ve con mayor claridad
en esta etapa de la crisis, refleja una falta de liderazgo regional, hay en sí,
un separatismo y debe cuestionarse los anhelos de integración, por singular
empatía hay países cuyos intereses son más fuertes (económicos y políticos) que
enfilan a la separación de los
divergentes, Nicaragua (agenda especifica) Costa Rica (agenda
disfuncional) y Panamá que se integró nuevamente a los paraísos fiscales.
¿Qué o Cuál, es la alternativa del comercio
intrarregional?, un fortalecimiento y aseguramiento de las infraestructura
vial, o la creación de un nuevo sistema de transporte intrarregional que no se
enfrente a estos inconvenientes, el
ferrocarril interamericano.
En espera de sus comentarios, me
suscribo atentamente.
Guatemala de la
Asunción, agosto del 2020.
Francisco Bermúdez
Amado
Comentarios