La "REAL POLITIK" en una campaña electoral.

Nos encontramos ante uno de los retos " ciudadanos" más importantes del presente siglo y particularmente de la presente "era democrática". La cual dio inicio un 8 de agosto de 1983, cuando el Consejo de Comandantes del Ejército, decidió reencauzar la agenda democrática del país, y nombres al General Mejia Victores, para que dirigiera un proceso, transparente y democrático de asamblea nacional constituyente. Todo esto para generar el andamiaje legal para iniciar una nueva apertura democrática, esta no era la primera vez ni creo que será la última que la institución armada, que siempre ha estado con el pueblo, interviene en aras de defender la libertad y la soberanía del pueblo guatemalteco. 
La jornada democrática inicio con el gobernó de Cerezo, y también ahí inicio la corrupción desmedida y obras, la corrupción de los sindicatos, los pactos colectivos, el hurto de haberes del estado,para los partidos y las campañas. Ya que iniciaron robando carros, camiones, pickups, computadoras etc.  Esta práctica se fue puliendo y ampliando. Recuerdo que se decía que las manifestaciones era la gimnasia de la democracia, y que los políticos tenían que independizarse financieramente de los sectores económicos. 
Treinta y dos años después de esa decisión histórica militar, nos enfrentamos a una debacle política, en donde lejos de fortalecer el sistema de partidos, de legitimidad la democracia y de incentivar la participación ciudadana, los politiqueros, hicieron de los partidos un club privado, en el cual cambiarse de uno a otro es parte del juego, todos siguen siendo lobos de la misma loma e hijos de la misma madre.
Los partidos son u. Gran negocio y las campañas son la expresión viva del mercantilismo electorero, engañando cual comerciante que vende un producto usualmente malo, como la mejor opción.  Promocionando que la plata que le quitaran a los ricos mediante impuestos, será redistribuida mediante dádivas, regalos, espejitos, con el fin de identificarse con el pueblo pobre, nada mas mentiroso, regalando y robando. 
El producto de estos treintaidos años, está a la vista, por un lado la indiferencia de las masas campesinas, a quienes únicamente les interesa que les van a regalar, coptando el sistema el desarrollo del liderazgo campesino, quienes logran descollar son asimilados por el sistema y exhibidos como ejemplares domesticados, irresokutos y con discursos cada ves mas falaces y engaña pendejos. La lucha de clases es la constante en el discurso, la tenencia de la tierra, los criterios de ancestralidad como eje para redistribuir la propiedad privada. Así mismo la ausencia de una clara. O vicios de lo correcto, frente a los intereses de mercadeo político, " políticamente correcto" nada mas pueril y falso, anti ético, pero al final el mejor "espejito" para el iluso.
Las políticas sociales han consumido varios cientos de millar dos de quetzales, a lo largo de estos 32 años, sin embargo han ido a parar a los bolsillos de los oferentes no de los demandantes. Se han robado todo, incluso un funcionario quemo vilmente los documentos de comprobación de sus acciones, bajo el criterio que era del pueblo. 
En nombre del sufrido, engañado, vilipendiado, criminalizadlo, desvalijado y eternamente baboseado pueblo de Guatemala se han cometido los mayores hurtos, desfalcos y crímenes.
Todos los oferta tes políticos hoy día están en el mismo sistema corrupto.
Ha llegado la hora de declarar un alto en el camino, y como decían nuestros abuelos, ajustar la carga en la bestia. 
Es natural que el escenario democrático ha variado y que la experiencia esta labrada, el momento de los cambios ha llegado.  Las leyes deben ser actualizadas y re estudiadas. Los pactos sociales deben ser replanteados para darle vida a una verdadera sociedad democrática, en donde prevalezca la libertad, responsabilidad y el respeto a la propiedad privada. Una nueva sociedad con responsabilidades, atribuciones y no solo derechos, irónicos y perversos. Una nueva sociedad de iguales ante la ley, en donde debemos todos de aportar para las finanzas del estado, en donde la responsabilidad de los hijos es de los padres y no del estado, en donde la responsabilidad de la salud es individual así como de la educación, no son responsabilidad social. Falacias de gratuidad, son las que nos tienen sumidos en un desastre. 
Si yo papa quiero mejorías para mi familia debo esforzarme, tal como,lo hacemos la gran mayoría de guatemaltecos, tanto del campo como de la ciudad. Figúrese que la meta de bolsas de corrupción son cuatrocientas mil familias, mas menos. Nos señala que el resto no reciben y si fuera el doble, somos quince millones de habitantes, es totalmente sin sentido. 
Las alegres elecciones dejaron de serlo hace muchos años, convirtiéndose en una labor cuasi obligada por un deber ciudadano, se vota alrededor de un cincuenta o sesenta por ciento de los inscritos en el padrón electoral, cosa que desmerece del atractivo cívico que deben generar un evento de esta importancia. 
El voto inconsciente y de trueque como le llaman los estrategas políticos solo refiere a un votante que se le regala dinero, pasaje comida y emitirá supuestamente un sufragio a favor del acarreador. Vergüenza nacional, que nos de pena y remueva nuestras entrañas. 

El cambio hay que generarlos, el momento es el oportuno y la patria lo demanda. Hay que manifestar nuestro astiasgo hacia el sistema y exigir el cambio, no elecciones sin cambios al sistema, al gran pacto co,estivo. Convocar a una asamblea que represente los claros i te reses nacionales de todas las corrientes de pensamiento, pero en los cuales las premisas sean, libertad, responsabilidad, igualdad ante la ley, integración del estado igualitario y moderno. El pasado pasado esta, y los orígenes de los guatemaltecos son de lo más variado, casi como cualquier sociedad moderna. 






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